Características de un personaje de Quasimodo en “Nuestra Señora de París” de Victor Hugo

Características físicas

Quasimodo, el protagonista de la novela de Victor Hugo “Nuestra Señora de París”, es un personaje deformado y desfigurado. Está descrito como un hombre alto y robusto con la espalda encorvada, los brazos largos y las piernas arqueadas. Su cabeza es grande y redonda con una frente ancha y prominente. Sus ojos son pequeños, profundamente enterrados en sus órbitas y tienen un tono amarillento. Tiene orejas grandes que sobresalen a ambos lados de su cabeza como los lóbulos de un animal salvaje. Su nariz es grande, ancha e inclinada hacia abajo en la punta. Su boca está torcida hacia el lado izquierdo debido a su labio leporino. Sus dientes son amarillentos y desiguales con algunas piezas faltantes. Sus mejillas están marcadas por profundas cicatrices causadas por las quemaduras que recibió cuando era niño. El cabello que cubre su cabeza es ralo, negro azabache con algunas canas aquí y allá; lo lleva siempre desordenado e incontrolablemente revuelto sobre su rostro deformado.

Quasimodo

Características psicológicas

Quasimodo, el protagonista de la novela “Nuestra Señora de París” de Victor Hugo, es un personaje profundamente complejo. Está marcado por su deformidad física y su aislamiento social. A pesar de esto, Quasimodo es una persona con muchos rasgos positivos: es leal, noble y muy protector con los que ama. Es también muy inteligente y astuto para sobrevivir en la difícil situación en la que se encuentra.

Aunque Quasimodo no tiene amigos ni familiares cercanos, siente profundamente el amor por los demás. Está dispuesto a arriesgarse para salvar a sus seres queridos y muestra gran compasión hacia aquellos que son marginados como él mismo lo fue durante toda su vida. Además, posee un gran sentido del humor y sabe reírse de sí mismo sin ofenderse ni sentirse mal por ello.

En general, Quasimodo es un personaje trágico pero admirable al mismo tiempo: a pesar de todas las adversidades que ha tenido que enfrentar durante toda su vida, nunca pierde la fe ni el optimismo; incluso cuando las cosas parecen imposibles o abrumadoramente difíciles para él.