Análisis literario de “La Náusea” de Jean Paul Sartre

“La Náusea” fue escrita por Jean-Paul Sartre en 1938, durante su estancia en Le Havre. En cuanto a su género, esta obra pertenece a la novela filosófica. En ella se lleva a cabo un análisis de los problemas clásicos inherentes al existencialismo como corriente literaria: la comprensión por parte del sujeto de la categoría de la existencia y las posiciones de absurdo de la vida humana, su falta de sentido y su peso para la conciencia pensante que derivan de ella (comprensión).

En cuanto a su forma, “La Náusea” es el diario de un historiador de treinta años llamado Antoine Roquentin. En él, el héroe describe detallada y cuidadosamente su descubrimiento de la categoría de la existencia de su mundo circundante y de sí mismo como parte de ella. El personaje, que vive de alquiler y se dedica a investigaciones históricas, está liberado por el escritor de la necesidad de trabajar, y por lo tanto de estar inmerso en la sociedad. Antoine Roquentin vive solo. En el pasado, tuvo un gran amor con Anny, una actriz obsesionada con crear “momentos perfectos”. En el presente, el héroe está aún acercándose a la comprensión de lo que eso significa. El tiempo es una parte importante de la existencia de Roquentin. Lo siente como una serie de momentos, cada uno de los cuales arrastra al siguiente. Siente la irreversibilidad del tiempo como “una sensación de aventura” y se ve a sí mismo como un “héroe de novela” en esos momentos. En ocasiones, Roquentin percibe el tiempo como una sustancia llena de la realidad circundante. Al observar los acontecimientos que ocurren en el presente, el héroe entiende que no hay nada más que el tiempo presente y nada puede existir más allá de eso: el pasado ha desaparecido hace mucho tiempo y el futuro es sin sentido, ya que no sucede nada importante en él. Pero lo que más asusta a Roquentin son los objetos que lo rodean y su propio cuerpo. Con cada nueva entrada, penetra cada vez más en la esencia de las cosas y comprende que no son diferentes entre sí: el banco rojo del tranvía bien podría ser un burro muerto y su mano, un cangrejo moviendo sus pinzas. Cuando los objetos comienzan a perder sus nombres, la carga del conocimiento se abate sobre el héroe. La náusea que lo invade es la “evidencia obvia” con la que es difícil reconciliarse.

nausea

La composición de la novela se distingue por la lógica en la construcción de los episodios artísticos, que culminan en reflexiones filosóficas clásicas sobre la existencia. El estilo de “La Náusea” está estrechamente relacionado con el curso general de la narración: al principio parece ser como los apuntes de un diario de un hombre común, luego se convierte en un periodismo histórico, luego adquiere rasgos de un estilo artístico común (vívido y metafórico) y finalmente termina con afirmaciones filosóficas precisas que expresan las principales conclusiones a las que llegó el protagonista de la obra:

  • se siente innecesario y entiende que incluso la muerte no cambiará este estado, ya que su carne muerta seguirá siendo igualmente innecesaria;
  • la existencia – del mundo y del hombre – no tiene causas, y por lo tanto carece de sentido;
  • todo el horror de la existencia radica en que ya existe – en el mundo incluso existe lo que no quiere existir, simplemente “no puede no existir”.

La comprensión por parte del héroe de estas simples verdades culmina en la comprensión de su soledad, libertad y, como resultado, su muerte espiritual. Roquentin no cree en Dios, no pertenece a la sociedad humana y ha perdido para siempre el amor en la persona de Anny, ya que ella ha llegado a la conclusión de que no existen “momentos perfectos” en el mundo y ella es simplemente un “muerto viviente” común. Otros solitarios como él no pueden ayudar a Roquentin. Es aburrido estar con personas solitarias. En cuanto al Autodidacto, el héroe simplemente no está interesado en ellos porque se relaciona con las personas con indiferencia: no los ama ni los odia. Las personas para Roquentin son simplemente otra sustancia del ser.

El héroe encuentra su salida del estado de náusea a través de la creación. Escuchando durante toda la novela un viejo disco con la canción de la Negrita, Roquentin parece elevarse por encima del tiempo. En su opinión, la música no pertenece al ser común. Es por sí misma, como un sentimiento, una emoción, un impulso del alma. Y es precisamente a través de la música que el héroe llega a la idea de que se puede superar la pesadez del mundo que lo rodea, escribiendo un libro que muestre a las personas la parte hermosa del ser.